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JUVENTUD PRESENTE Y VOTANDO: Sabela Rodríguez, Secretaria de Juventud de Podemos

Hoy entrevistamos a Sabela Rodríguez, Secretaria de Juventud de Podemos, como parte del proyecto Juventud Presente y Votando. Este espacio, creado por Ideas en Guerra e Incógnita, tiene como objetivo incidir en la idea de que existe una juventud comprometida que participa activamente en cuestiones políticas. Mediante una serie entrevistas a líderes jóvenes de distintos partidos o juventudes políticas, pretendemos llegar a entender las propuestas y demandas de la juventud.

 

Pregunta. La política ha de interpelar a la juventud como parte de la ciudadanía; pero en ocasiones los más jóvenes sienten una alta desafección política, consideran que la política y los asuntos públicos no son de su incumbencia. ¿De dónde crees que deriva ese distanciamiento entre la gran parte de la juventud y las organizaciones políticas? ¿Se tiene en cuenta las necesidades de la juventud en política o somos parte de los olvidados?

Respuesta. Yo no comparto eso de que a la juventud no le interesa la política. Creo que en los últimos años se ha demostrado muchas veces que no es así con movimientos como el 8M, el movimiento ecologista o los referéndum en las universidades. Incluso ahora con la pandemia la participación en las redes comunitarias o apoyo mutuo ha sido muy alta, y por lo tanto, creo que a las jóvenes sí les interesa la política. Creo que hay una desafección, no solo en la juventud, sino generalizada hacia la política institucional porque hay una estrategia un poco orquestada en los medios de comunicación de ese discurso de “todos los políticos son iguales” que genera esa desafección, dando por supuesto que existe eso que se llama «clase política», que sería una categoría dentro de la población que son quienes tienen la capacidad o la potestad para hacer política.  Se nos dice muchas veces a las jóvenes que no estamos interesadas en la política y creo que la historia reciente del movimiento popular en España demuestra que no es así.

 

P. La política puede ser una forma de cambiar la realidad de las personas, pero puede haber personas que pueden sentir cierta desafección o desinterés hacia la política por no saber lo que es. Desde tu experiencia, ¿Cómo les explicarías a los jóvenes qué es para ti la política?

R. Yo creo que la política es la ciencia mediante la cual los seres humanos deciden cómo organizar la vida en común. Cuando estás parando un desahucio, estás haciendo política; cuando estás organizando una manifestación, estás haciendo política. Entonces creo que cualquier cambio político requiere que las mayorías sociales se impliquen, que puedan participar y que todas las cuestiones que afectan a nuestra vida diaria tiene que ver con la política.

 

P. Siguiendo con esta idea, cuéntanos tu experiencia: ¿A qué edad comenzó a interesarte la política? ¿Por qué decidiste, en tu caso, afiliarte a Podemos y empezar a hacer política a través de este partido

R. Es verdad que en mi casa sí se hablaba mucho de política y la primera vez que empecé a militar me acuerdo que fue porque vi un cortejo de un colectivo juvenil en una mani que era la huelga general del 29 de septiembre del 2011. Y ahí ya fue todo el estallido del 15M, y empecé a implicarme en colectivos juveniles y en el movimiento estudiantil que era la época de la lucha contra la LOMCE. Luego en la Universidad seguí en movimientos estudiantiles.

En Podemos empecé a militar en 2015 entre las primeras y segundas elecciones, porque me parecía que era la herramienta más útil que teníamos en ese momento para que todo ese movimiento popular que se había creado a raíz del 15M pudiera cristalizar en una propuesta política, y ahí empecé.

 

P. Éramos adolescentes, incluso muchos de nosotros niños, cuando en mayo de 2011 las plazas y calles de España se llenaron de protestas, y de voces que demandaban cambios en el sistema político y económico. Gran parte de esa gente hoy, con el paso del tiempo en cierta manera siente que mucho por lo que se luchó aquellos días, se esfumó, muchos analistas consideran que la falta de organización y militancia pudo ser uno de esos factores que provocara que el 15M se desinflase, de ahí que la necesidad de organización sea clave, ¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren cambiar las cosas y no saben cómo? ¿Es fundamental la organización para ello?

 

R. Desde el 15M es evidente que ha habido un cambio de ciclo. Cuando decimos que Podemos es heredero del 15M no nos referimos a que represente a todo ese movimiento popular que es mucho más amplio y va mucho más allá de Podemos. Es una expresión política de ese movimiento que, sin duda, sin el 15M no hubiese sido posible ni que Podemos entrase en las instituciones ni que estuviéramos formando parte de este gobierno de coalición, que está consiguiendo cambiar la vida de la gente. Todo eso no hubiera sido posible sin la organización popular ni sin el empuje de los movimientos sociales.

No hay ninguna victoria ni ningún derecho que se haya conseguido a lo largo de la historia sin organización popular. Todos los derechos que disfrutan esos jóvenes, que igual creen que la política no sirve para nada, se consiguieron a través de la organización y de la lucha de la gente.

 

P. Entre el electorado afín a Podemos destacan las personas jóvenes de entre 18 a 34 años. Sin embargo, el partido no cuenta con unas juventudes propias como tal que lo doten de una estructura de bases juveniles fuertes. En varias ocasiones se ha referido a ello como uno de los puntos débiles de la formación morada, y desde la misma se ha tratado de construir algo; siendo Rebeldía la propuesta más reciente. ¿Por qué crees que no se ha logrado aún? ¿El partido ha olvidado sus orígenes universitarios? ¿Cómo se puede conseguir que los jóvenes simpatizantes se organicen?

 

R. Yo creo que en Podemos ahora es cuando estamos empezando a construir organización porque creo que empezamos un poco la casa por el tejado con esa máquina de guerra electoral, entonces ahora nos toca construir organización y que eche raíces  en el territorio.

Creemos que la juventud es un sujeto político y un actor social propio y, por tanto, necesita herramientas con unas características propias para organizarse. Apostamos por una organización juvenil pero de manera autónoma que no sea un simple complemento estético, una guardería o una mera cantera, aunque sabemos que la militancia juvenil es buena escuela. En este momento, estamos apostando por un espacio juvenil “Rebeldía”, que tiene una clara referencialidad política en Podemos pero autonomía a la hora de organizarse y decidir sus líneas de trabajo. La tarea de la organización juvenil tiene que ser diferente a la del partido; no tan centrada en lo institucional, sino centrada en fortalecer el afuera y el tejido social.

Creo, como responsable de juventud, que hay una apuesta por construir herramientas para la asociación de la juventud. Nos parece fundamental poder tejer una estrategia unitaria en el movimiento juvenil, una agenda de movilización compartida y unos objetivos compartidos.

 

P. Cursaste estudios de educación social y participaste activamente en el movimiento estudiantil. ¿Qué papel debería jugar la educación en el acercamiento de los jóvenes a la política?

R. Me parece súper clave el entorno educativo para el movimiento juvenil porque es uno de los pocos espacios donde sigues compartiendo mucho tiempo con tu grupo de iguales y en el que puedes socializar con el grupo de iguales. En ese sentido me parece clave que se fomente la organización del estudiantado para decidir cómo quieren que sea el modelo educativo pero también cómo quieren que sean cuestiones cotidianas de su instituto o de su facultad.

En el currículo de nuestro sistema educativo tenemos lagunas muy graves, puedes acabar el bachillerato y no saber cuestiones claves de la historia reciente de nuestro país o para qué sirve el Congreso de los Diputados. Es clave darle un giro de 180º a eso. Y también que la educación no sea solo adquirir una serie de competencias, sino que nos forme como ciudadanos y para la participación social y nos haga conscientes de cuál es nuestro papel como ciudadanos a la hora de construir nuestra sociedad.

 

P. En tu presentación dices textualmente que “el envejecimiento de nuestros pueblos sólo puede frenarse generando oportunidades para los jóvenes y dotándolos de servicios básicos que revitalicen y faciliten la vida de la gente”. ¿Cuáles son esas oportunidades que se pueden generar desde la política para los jóvenes?

R. La política sirve para dignificar la vida de las jóvenes. Ahora mismo tenemos grandes retos que hay abordar ya: el modelo de empleo al que se nos están condenando, absolutamente precario e inestable, que no nos permite establecer un modelo de vida propio y que viene de una estrategia de desmantelamiento de los derechos laborales que emprendieron el PSOE y el PP hace más de una década, con sus respectivas reformas laborales.

Por otro lado, tenemos una crisis de vivienda de dimensiones enormes, uno de los principales factores que nos impiden construir un proyecto de vida que vaya más allá de la precariedad. También, hay que darle una vuelta importante a nuestro tejido productivo.  Las jóvenes no tienen dónde trabajar porque si no hay turismo, no hay industria ni sector primario.

También abordar el acceso a la educación, que a día de hoy desgraciadamente no es gratuita. Es fundamental darle una vuelta al sistema de becas, no puede ser que para los universitarios la beca llegue en mayo, porque si no tienes una familia que te apoye económicamente y te pueda adelantar el coste de tus estudios, no te puedes plantear estudiar en España en el 2020 porque no tienes dinero para pagarlo ni aún teniendo dos trabajos.

Si no sabes cómo pagar el alquiler, si tienes una jornada laboral de 10 horas o a tu familia le van a cortar la luz en casa, es difícil que te quede tiempo o energía para participar en política.

 

P. Actualmente existe un descontento social con una clase política que parece estar alejada de la ciudadanía. El tono bronco, el zasca fácil o incluso en ocasiones el insulto son la tónica actual de la política española, dejando por lo tanto escaso margen para el acuerdo y el avance, o al menos para la existencia de un debate de ideas y no de reproches. Como jóvenes preocupados por los asuntos políticos ¿sientes también ese descontento social con la clase política? ¿Las nuevas generaciones de políticos traerán consigo un aire fresco al panorama político?

R. Creo que desde los medios de comunicación se está intentando generar ese discurso de que los políticos están siempre a la gresca. No hay una política homogénea, hay políticos que trabajan para determinados intereses y gente haciendo política trabajando para otros intereses. El diálogo es importante pero tampoco comparto la idea del acuerdo por el acuerdo.  Yo me puedo sentar a hablar con alguien de Vox pero veo muy difícil que vayamos a llegar a un acuerdo, y eso no me parece mal. No comparto que por el hecho de estar en un contexto de crisis haya que apostar a favor del acuerdo por el acuerdo: depende de los contenidos.

 

P. Hemos hablado de la precariedad laboral sobre todo en los jóvenes. ¿Cómo dirías que afecta la precariedad laboral en los jóvenes? ¿Se toman medidas eficaces contra esto?

R. En general, la juventud siempre es la rata de laboratorio de las políticas de precarización. Hace una década cobrar 1.000 euros era ser precario y era normal entre los jóvenes, hoy ser mayor de 30 años y cobrar 1.000 se considera casi un privilegio. Sí se están tomando medidas para intentar desmantelar esas políticas laborales de las que hablaba antes que vienen de hace más de una década… pero creo que tenga que haber algo que se llame “empleo juvenil” ni estrategias de empleo juvenil, sino un modelo de calidad para los jóvenes y los que no sean jóvenes. Hoy en día la sindicación de los jóvenes es super baja, y eso también es responsabilidad de las organizaciones sindicales porque la juventud no entiende por qué es útil sindicarse y organizarse. Sectores tan precarios como los riders o las kellys han conseguido victorias en un contexto muy difícil y lo han conseguido porque se han organizado con o sin las grandes centrales sindicales. Es clave recuperar esa cultura de que la organización de los trabajadores sirve y que va a ser la única manera en la que seamos capaces de defender los derechos laborales y mejorar las condiciones de los trabajadores.

 

P. Aproximadamente el 40% de los jóvenes de entre 18 y 34 años viven todavía con sus padres; mientras que cerca del 59% de los jóvenes emancipados vive de alquiler. Podemos y PSOE han pactado recientemente regular los alquileres. ¿Consideras que es suficiente? ¿Qué más se debería hacer para garantizar el derecho a una vivienda digna entre los más jóvenes?

R. Hay que regular el precio del alquiler, pero creo que hay que ir mucho más allá, podemos hablar de construir vivienda pública destinada a los jóvenes… pero es incomprensible que en medio de una pandemia en la que se nos recomienda quedarnos en casa para evitar contagios, esté habiendo, como denunciaban la PAE y sindicato de inquilinas, 250 desahucios diarios, y mientras tanto haya miles de viviendas vacías en manos de grandes tenedores.

Tenemos una crisis de vivienda sangrante, que hay que ponerle solución, y eso implica poner toda esa vivienda vacía en disposición de las necesidades de nuestra gente. Somos conscientes de que eso va a tocar los privilegios e intereses de entidades muy poderosas. Unidas Podemos ha pedido al PSOE que sea valiente y que ponga las necesidades de la gente por encima de los intereses de los bancos y de los fondos de inversión.

 

P. Podemos recoge entre sus propuestas reconocer el derecho a sufragio a partir de los 16 años. ¿Cuáles son los argumentos para otorgar el derecho al voto a los jóvenes de 16 años? ¿Es una medida encaminada a que las organizaciones políticas centren sus propuestas también en la juventud, colectivo muchas veces olvidado? ¿Cuáles son los errores que las nuevas generaciones no deben cometer para evitar llegar a esta situación de distanciamiento entre representantes y representados?

R. Creo que es una buena medida el voto a los 16. Si a los 16 puedes trabajar, deberías poder votar también y decidir quién te representa en las instituciones. Creo que, a lo mejor, si los jóvenes pudieran votar a partir de los 16 años habría propuestas políticas más centradas en la juventud. La política va mucho más allá de las instituciones, es necesario que nos impliquemos en la realidad de nuestros barrios y pueblos 365 días al año.

Con respecto a la política institucional, yo les recomendaría a las jóvenes que apostasen por fuerzas políticas que tuviesen una vinculación real con el tejido social y el movimiento popular, y que realmente llevaran a las instituciones las necesidades reales de la gente.

 

P. Y para acabar, hoy vivimos en un contexto de incertidumbre y preocupación, derivado no solo por las consecuencias de la crisis sanitaria y COVID-19 si no también por causas que vienen de lejos como la falta de expectativas de la juventud ante un futuro sin salidas, sin un trabajo acorde con la cualificación de los jóvenes o sin la posibilidad de independizarse, por lo tanto ¿Qué le recomendarías a la juventud en estos momentos y qué papel tienen las organizaciones políticas juveniles en esa tarea?

R. Que se organicen y peleen para tener un futuro mejor. No hay ninguna receta mágica, más que organizarnos, pensar juntas cómo podemos cambiar esto porque si no el futuro que nos espera creo que es muy negro.

Ningún derecho se ha conseguido sin organización y sin lucha. Les recomendaría que se informasen de los espacios de participación que hay en sus ciudades o pueblos, si no los hay que se junten con sus compañeros de clase, de curro, con vecinos para crearlos, que se organicen, que peleen y que busquen la unidad del movimiento popular para poder poner en la agenda política los temas que de verdad nos afectan a la juventud que, como decía, son la precariedad laboral o la falta de oportunidades de empleo, entre ellos.

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